
Existe la creencia de que el color de nuestros gatos está vinculado a ciertas discapacidades. En el caso de los gatos blancos con ojos azules, muchas personas suelen asociar estas características físicas a la sordera. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en ello? ¿Es verdad que los gatos blancos son sordos? Continúa leyendo y descúbrelo.
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¿Es verdad que los gatos blancos son sordos?
Los gatos blancos no son necesariamente sordos. Para que esto ocurra, el gato ha de ser albino. Es decir, ha de ser portador del gen W, responsable de la falta de pigmentación. Los gatos portadores de este gen no tienen suficientes melanocitos; unas células de la piel que liberan melanina. Esta sustancia, en su forma más común, la eumelanina, es la que da color a su manto. Esta condición es la que provoca el albinismo, que se caracteriza por la presencia de piel muy blanca y ojos azules. Para que un gato sea portador de este gen, uno de sus progenitores tiene que serlo.
El gen W es el responsable de la sordera en gatos. Sin embargo, aunque la presencia de este gen es una condición necesaria para que exista sordera congénita, esta no es suficiente. Por lo tanto, no todos los gatos blancos son sordos. Curiosamente, cuando un gato con este gen solo tiene uno de los ojos azules, la sordera suele darse en el oído que se encuentra en el mismo lado.
¿Cómo saber si mi gato blanco es sordo?
Saber si un gato es sordo es fácil; bastará con que trates de darle un susto cuando no esté mirando. Si reacciona sobresaltándose, significa que te oye, mientras que si no reacciona, es muy probable que tu gato blanco sea sordo. En cualquier caso, es necesario que un veterinario confirme su sordera a través de una prueba BAER (Brainstem Auditory Evoked Response), un test de sonido que mide la respuesta cerebral a través de unos electrodos.
Si tu gato es sordo, no te preocupes, pues apenas afectará a su vida dentro del hogar. Sin embargo, debes tener cuidado si sale a la calle, ya que no podrá escuchar el sonido de los coches ni el de potenciales depredadores, con el peligro que ello conlleva.